El viernes pasado volvimos a disfrutar de un buen encuentro de fútbol sala. Nuestros
jugadores llegaron con las ganas al 100% para darlo todo de sí mismos y realizar un más
que buen encuentro. El partido empezó igualado. Ocasiones para ambos equipos y reparto
de la posesión casi a partes iguales. Marco, que es todo un jugón, intentaba hacer daño a la
defensa rival por ambas bandas. Llegó un par de veces a la portería rival, y aunque se topó
con una gran defensa contraria, sus intentos consiguieron motivar al resto de sus
compañeros.

Mauro, cómo no podía ser de otra forma, no podía esperar a saltar al campo para jugar. Una
vez dentro, volvió a esforzarse intensamente en las labores de recuperación del balón. Un
jugador incansable que siempre quiere más minutos de juego. Me gusta su actitud.

Hablemos de Matheo. Llegó algo enfermo, y aunque tuvo que salir del campo en las
primeras jugadas por encontrarse mal, no fue nada que le quitase las ganas que siempre
demuestra de competir y de realizar un buen partido. Nos espera un gran futbolista. No hay
nada nuevo que pueda decir sobre nuestro portero Israel. Es un gato, una pantera, un
águila… Es un porterazo, con todas las letras. Me alegro mucho de contar con un arquero
de tanta calidad.

Por otra parte, tenemos a Leo y a Marcelo, que si hay algo que les caracteriza es el
compañerismo. Todo equipo necesita jugadores como ellos para crear un buen ambiente en
el vestuario. Son los encargados de animar a sus compañeros en situaciones en las que los
ánimos suelen decaer.

Imprescindibles para el equipo. Cómo siempre, Dani y Ernesto son
los artífices del compás del juego del equipo. Concentran gran parte de la posesión y tratan
de repartirla de aquí para allá para ser dinámicos y fluidos. Tienen la semilla del fútbol
plantada en la cabeza y debemos regarla para que crezca, porque prometen ser unos
magníficos futbolistas y hay que desarrollarlos como ellos se merecen.

En la otra mano nos topamos con Tyler. Cómo dije en la anterior crónica, es el denominado
velocista oficial del equipo. Cómo corre. Es un gusto verle jugar y verle ganar en velocidad a
cualquiera que se enfrente a él. Además, lo considero un gran defensor, difícil de superar e
incansable en su labor. Terminemos con Enzo. Es incansable en su labor. El esfuerzo que
realiza constantemente es digno de admirar y aunque la situación sea complicada siempre
mantiene un gran animo y una gran actitud. Con el tiempo y el trabajo conseguirá jugar
como él quiera, puesto que el compromiso y las ganas de ser un buen futbolista no las
pierde nunca.

Para concluir esta crónica, me gustaría dirigirme a ustedes, las familias, por ser el público
fiel que hace que cada partido se sienta especial. Vuestra actitud se ve reflejada en
nuestros futbolistas y sin duda no es otra cosa que muy positiva. Estoy muy contento del
equipo que pasó a paso estamos formando, y por supuesto, el equipo también lo forman
ustedes.

Un abrazo,
Carlos Gómez Gallego