La segunda jornada de liga trajo un nuevo desafío para nuestros Prebenjamines de 2º de Primaria del Maestro Padilla. Tocaba volver a enfrentarse al Colegio Ártica, pero esta vez al equipo de segundo curso, un rival con más experiencia y muy difícil de batir. Aun así, nuestros pequeños salieron a la pista con la misma ilusión de siempre… y con las ideas muy claras.
El partido no pudo empezar mejor: una falta cercana al borde del área y Marco, con una tranquilidad sorprendente para su edad, envió el balón a la red con una ejecución preciosa. Ese gol tan temprano dio mucha confianza al equipo, que comenzó a combinar, a mover el balón con criterio y a generar jugadas peligrosas una detrás de otra. Así llegó el segundo tanto, obra de Ernesto, después de una excelente acción por banda que levantó aplausos en la grada.
Pero el deporte enseña que nada está decidido. El rival, lejos de rendirse, subió la presión y comenzó a crear más peligro. Recortaron distancias con un gol que fue mezcla de un pequeño despiste nuestro y, sobre todo, del mérito del contrario. Aun así, los nuestros no bajaron la cabeza. Con humildad y esfuerzo, volvieron a apretar y lograron otro gol antes del descanso, fruto de la constancia y el juego colectivo.
En la segunda mitad, el Ártica salió decidido a cambiar el guion del partido. Su intensidad creció y nuestro equipo tuvo que trabajar más que nunca, defendiendo cada acción con inteligencia y coraje. Tras varias llegadas del rival, consiguieron anotar de nuevo y acercarse en el marcador. Sin embargo, lo verdaderamente destacable fue la reacción de nuestros jugadores: cero nervios, cero dudas. Solo ganas de jugar juntos y darlo todo por el equipo.
Da igual quién estuviera en el campo: cada niño peleó cada balón como si fuera el último. La posesión estuvo muy igualada en esta parte del partido y hubo ocasiones para ambos lados, pero el gol de la tranquilidad se resistía… hasta que, con mucho trabajo y quizá un punto de fortuna, el equipo logró ampliar otra vez la diferencia en el marcador.
A partir de ahí, los minutos finales fueron de máxima emoción. El rival volvió a marcar y apretó hasta el último segundo, pero los nuestros respondieron con valentía: defendiendo con coraje y, cuando podían, lanzándose al ataque en busca de nuevas oportunidades. Fue un final vibrante, lleno de tensión, esfuerzo y solidaridad.
Al concluir el encuentro, la sensación era clara: victoria ajustada, sí, pero completamente merecida. Porque estos pequeños gigantes demostraron, una vez más, que cuando juegan unidos y creen en ellos mismos, son capaces de superar cualquier reto. ¡Enhorabuena equipo! Gran trabajo y esfuerzo el de todos. Otra jornada para recordar… y para seguir creciendo juntos. ¡AUPA PADILLA!
Muchas gracias a todos los participantes (Israel, Marco, Gabriel, Ernesto, Marcelo, Enzo, Dani, Aitor, Tyler, Gael, Mauro y Mateo), al equipo rival, al árbitro y a los acompañantes por hacer posible tan magnífica tarde de fútbol.
Un saludo y esperamos veros en la próxima.