El finde pasado jugamos otro partido más, otro tipo de partido y por tanto, otra oportunidad más de aprendizaje. Cada vez que jugamos un partido es una nueva experiencia, cada uno tiene sus cosas; momentos de euforia y alegría, momentos de tensión, momentos de diversión y jaleo, momentos de rabia y enfado… Cada partido está compuesto de muchos momentos de estos.
Y es normal que nos pasen cosas como las de este finde.
Son partidos que podemos ganar y controlar pero que en el momento no somos capaces de aguantar mentalmente el partido y sus momentos de tensión concretos, y si el otro equipo es un 1% más fuerte que nosotros nos ganará, por poco pero ganará.
A dónde quiero llegar es que nos faltan muchos partidos por jugar y que no hemos jugado un gran número de partidos como para poder tener esa experiencia para dominar partidos. Hay algunos que son más igualados y difíciles, otros en los que nos entra todo y da gusto jugar, hay otros en los que empiezas perdiendo por paliza y poco a poco vas remontando y finalmente ganas el partido… pues el de este finde fue de los que empiezas ganando y al final por relajarnos y no meterle la tensión necesaria se nos va escapando el partido. Y aunque en los últimos momentos no pusimos las pilas, no pudimos lograr la victoria.
Estoy seguro que este no fue uno de esos partidos. Y estoy seguro de que podemos hacerlo mejor y cada vez estás mejorando más y vamos a lograr cosas muy grandes. Quiero que busquemos cada uno de nosotros el querer jugar lo mejor posible, el querer jugar y colaborar en equipo para poder ganar el partido y encima hacerlo de una forma bonita de ver, el querer presumir de jugar bien y estar orgullosos de haber trabajo y mejorado tras el esfuerzo de muchos días de trabajo. Y que nuestros padres llamen a sus amigos y conocidos y les digan «vengan a ver a mis hijos porque es un espectáculo verlos jugar´´.
Siempre les digo lo mismo, la victoria da lo mismo. No importa ganar si de verdad lo hemos dado todo y hemos luchado por jugar lo mejor posible y sobre todo, si hemos disfrutado con el partido. Es un momento de disfrute que hay que aprovechar todo lo posible porque cuando menos te lo esperas… desaparece.