El pasado viernes 13 de diciembre tuvo lugar el último partido del año. Cerramos así, la primera parte de la temporada. En cuanto al rendimiento de nuestros chicos, que privilegio es poder echar la mirada atrás e ir contemplando como nuestros futbolistas han progresado. En este último partido jugaron fenomenal, y aunque el resultado no acompañó, podemos estar muy contentos por la mejora de los chicos.

Entrando en materia, comencemos por el relevo portería-jugador que realizaron Matheo con Israel. Nos sorprendieron a todos por su gran polivalencia y calidad en ambas posiciones. Israel, como jugador, no paró de pelear cada balón, y consiguió tanto generar peligro a nuestro favor como erradicar el peligro contrario. Matheo, como portero en la primera parte, lo hizo muy bien. Se nota que disfruta del fútbol en todas sus posiciones. Es una alegría contar con jugadores así. En cuanto a los arquitectos del juego, Dani y Ernesto, fue un partido clásico por su parte. Me encanta ver como poco a poco le van perdiendo el miedo a tener la posesión del balón y a avanzar con él.

Generan mucho y todavía les queda mucho que generar, lo importante es que están dispuestos a hacerlo. El gol de Ernesto fue una alegría para todos y nos motivó mucho para seguir peleando.

Por otra parte, cómo no hablar de la velocidad de Tyler. Es una auténtica bala. Da igual en la parte del campo en la que esté que es capaz de ganar en velocidad a cualquier jugador rival. Además, su defensa es férrea, es un muro. Enzo salió al campo con las ganas de siempre. Eléctrico, inquieto, escurridizo… Creo que son buenos adjetivos para describir a nuestro jugador. Sin duda, su actitud es una gran base para convertirse en un maravilloso futbolista.

No nos podemos olvidar de Mauro, de quien podemos observar una gran mejora en los últimos partidos. Los rivales terminan locos por su incansable persecución. Es un gusto saber que disfruta tanto del fútbol y que su esfuerzo es constante. Por último, Marcelo cada vez está más comprometido con el deporte rey, y estoy seguro de que terminará amándolo como todos nosotros, y por qué no, va a ser un estupendo futbolista.

Para terminar esta crónica, me gustaría dirigirme a ustedes, los padres y las madres de nuestros futbolistas. Os quiero agradecer el apoyo en cada partido y la buena actitud que mostráis en ellos. Me siento muy afortunado de poder ser el entrenador del equipo y de acompañar a sus hijos en este deporte que tantas cosas positivas nos da. Gracias por estar ahí y por darlo todo.

Feliz Navidad, por un año 2025 al menos igual de feliz que el año que se va.