El partido de esta semana comenzó el jueves con algo muy gracioso. Terminamos la clase y como casi siempre algunos de mis amigos se quedaron atrás a 50 metros hablando de sus cosas. Ese día decidí ir a buscarles y volver a pedirles por favor que se dieran más prisa para poder bajar todos juntos.

Mientras tanto, dos balones salieron de la bolsa que había dejado en el suelo para ir a buscar a los que estaban más atrás. En ese momento, vi como uno de los chicos pateaba las dos pelotas con dirección a un buen barrizal. En ese momento, vi cómo se metió hacia el barrizal para salir con las zapatillas bien sucias, por lo que le pedí que saliera y fui yo a por ellas.

Ya estábamos todos juntos y entré a por los balones, pero cuando puse el primer pie, di un costalazo bastante importante (muy gracioso porque no me pasó nada). En ese momento me levanté lleno de barro y no muy alegre, mientras veía como los chicos tenían cara de alucinación.

Mientras bajábamos uno de ellos se acercó y me dijo, que sepas que ……… se ha reído cuando te has caído y la verdad, la verdad es que fue muy gracioso.

Y ayer fue un día muy bonito, de los que se recuerdan, por el partidazo y por el rato que pudimos pasar todas las familias juntas. ¡Me encanta! Y me encanta verles disfrutar y terminar de comer y pedir un balón.

Y me encanta que termine el partido y me pregunten que cómo hemos quedado, aunque el resultado sea corto, me enseñan que el resultado no es lo más importante.

Y me encanta cuando termina el partido y siguen jugando, aunque haya otro partido detrás.

Y me encanta cuando me preguntan si les he puesto en los equipos, para salir igual que el resto de compañeros.

Y me encanta ver la ilusión y las ganas que le ponen.

Y me encanta su progresión y ver cómo lo viven.

Y me encanta su alegría.

Me encantáis.

Un abrazo.